Principio #1: Incluye sólo personas con fuerte predisposición a la ejecución y posiciónalas correctamente.
El objetivo de un equipo es lograr un objetivo. Es decir, actuar hacia algo. Si quieres dar resultados necesitas personas que tienen predisposición a la acción.
Existen personas que son lo que yo llamo “pensadores”. Estos individuos piensan, filosofan, planean, evalúan, etc. Existe otro grupo de personas que son “Actuadores”. Ellos están siempre impulsados a actuar, acometer una tarea, lograr un objetivo.
La verdad es que todos tenemos algo de “pensador” y algo de “actuador”. Lo importante es que sólo incluyas en tu equipo a personas que tienen una tendencia a actuar más que a pensar.
(En un equipo puede haber personas que hacen labor de consultores o mentores… ahí sí podemos incluir los “pensadores”)
Nunca olvides que es mucho más fácil educar a un “actuador” que activar a un “pensador”
El otro punto incluido en el principio #1 es que necesitas posicionar a las personas correctamente. Hay que conocer a la persona, sus fortalezas, su pasión, sus debilidades y sus ambiciones para posicionarla en el lugar que dé los mejores resultados.
Uno de los errores más comunes es dar mayor responsabilidad a un individuo que no está listo para ella. Esto frustra al individuo y lo lleva al fracaso. Necesitamos darle el tiempo a las personas de madurar para que puedan continuar teniendo éxito en el siguiente nivel.
Si existe algo que quiero que recuerdes de este artículo es lo siguiente: incluye en tu equipo sólo a personas que tienen predisposición a actuar.
Principio #2: Claridad perfecta en el QUÉ:
El equipo necesita tener una claridad absoluta en QUÉ hace la organización en la cuál pertenece.
Una de las situaciones más comunes a las que me he enfrentado es cuando le pregunto a distintos miembros del mismo equipo “qué” hace su organización, recibo diferentes respuestas.
Equipos de alto desempeño tienen muy claro el “qué” hacen ellos para ganar.
En organizaciones deportivas de alto rendimiento es sencillo ver este concepto, pero en otro tipo de organizaciones es un poco más complicado. Por ello es importante definir con tu equipo “qué” hace para ganar y comunicarlo hasta el cansancio.
Principio #3: Claridad perfecta en el POR QUÉ
Equipos de alto desempeño tienen también una claridad perfecta en el POR QUÉ. ¿Cuál es la misión del equipo? ¿Qué dejaría de pasar si el equipo no existiera?
En organizaciones sin fines de lucro usualmente es fácil determinar el “por qué”: Darles de beber y comer a los necesitados, descubrir la cura de alguna enfermedad, erradicar algún problema del mundo, justicia social, etc. Sin embargo, en las organizaciones con fines de lucro es un poco más complicado.
Muchas veces necesitamos ir a los fundadores para buscar el “por qué” ellos decidieron crear la empresa o la organización. ¿Qué necesidad ellos vieron que decidieron suplir?
Descubrir el “por qué” es una magnífica fuente de motivación y le entrega un propósito a la organización.
Principio #4: Claridad perfecta en el CÓMO:
Los equipos de alto desempeño tienen claridad perfecta en “cómo” hacer las cosas y las ejecutan de la manera esperada una y otra vez.
Los equipos deportivos de alto rendimiento practican las jugadas una y otra vez hasta que las pueden ejecutar sin pensar. Los militares, policías y bomberos tienen procedimientos que son repetidos hasta el cansancio y ejecutados de manera perfecta una y otra vez. Las salas de emergencia en los hospitales actúan de la misma manera.
Cuando eres parte de un equipo necesitas estar seguro que los otros miembros actuarán de la manera esperada. De la misma manera, ellos esperan que tú actúes de cierta manera. Por ello, los equipos de alto rendimiento documentan todos los procesos claves y se aseguran que los miembros los ejecuten a la perfección.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario